lunes, 10 de noviembre de 2014

MEIBOMITIS POR ROSÁCEA

¿QUÉ ES LA ROSÁCEA?

Enfermedad crónica de la piel que afecta generalmente a mujeres, más frecuente en la menopausia y en personas de raza blanca.


¿CÓMO SE MANIFIESTA?

Hay varias formas de manifestarse, por lo que el diagnóstico a veces es difícil. Lo más frecuente es que se produzca un enrojecimiento en la línea media de la cara y en las mejillas (frente, nariz, mejillas y barbilla). Hay formas en las que sólo se manifiesta en las mejillas. 
Este enrojecimiento en producido por una vasodilatación de los capilares de debajo de la piel que incluso dado que es más frecuente en personas de piel claro, éstos se transparentan como líneas rojo-violáceas. La piel está caliente debido a la vasodilatación, que con el paso del tiempo la piel se afecta, engrosándose y pueden aparecer granos y pústulas.
En los hombres, se suele afectar más la nariz, apareciendo ésta inflamada y la punta redondeada y roja. 


AFECTACIÓN OCULAR:



Más del 50 % de los pacientes con rosácea presentan afectación ocular. Se produce una alteración de la secreción lagrimal; fundamentalmente una hiperosmolaridad, ojo seco con lagrimeo excesivo ( paradójico ), que es el que se produce cuando los pacientes tienen sensación de sequedad y el ojo les llora con una lágrima de mala calidad que no llega a mantener el epitelio de la córnea suficientemente hidratado.

Los síntomas son los siguientes: sensación de cuerpo extraño, arenilla, enrojecimiento con inflamación del borde palpebral y afectación de las glándulas de meibomio. 

No hay relación con la severidad de la afectacion de la piel y los síntomas oculares.

La rosácea empeora con la edad, la menopausia, la exposición al sol y al frio, y con el alcohol.

Es importante la colaboración con el dermatólogo para el control de la enfermedad dermatológica.

TRATAMIENTO: 

Es importante la medición de la Osmolaridad de la lágrima para pautar el tratamiento y poder valorar la mejora de la lágrima.
La meibomitis y el ojo seco se tratan con lubricantes oculares que se pueden pautar en relación a la osmolaridad de la lágrima, higiene del párpado con parches termo-activos (Estila meibopatch u otros...). 

Tanto la rosácea cutánea como la ocular responden a las Tetraciclinas orales.  

En el curso del proceso patológico son frecuentes las exacerbaciones y remisiones, por lo que no es sencillo estar seguro de que la mejoría clínica está relacionada directamente con un tratamiento específico o es simplemente parte del curso natural de la enfermedad.

Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la tetraciclina en el tratamiento de la rosácea, y está siendo ampliamente utilizada desde 1966, Jenkins y cols.  que utilizaron tetraciclina para tratar la rosácea ocular, describieron efectos beneficiosos en 36 de 37 pacientes, obteniendo la máxima respuesta en pacientes con marcado adelgazamiento corneal, infiltración y neovascularización, mientras que pacientes con síntomas graves pero mínimos signos precisaron tratamientos más prolongados. Resultados similares fueron comunicados por Bartholomew y cols. en un estudio doble ciego comparando la tetraciclina con un placebo. 
Por otra parte, las tetraciclinas semisintéticas como la doxiciclina ha sido sólo recientemente sugerida como un tratamiento útil para la rosácea ocular. Frucht-Pery y cols.  observaron como una única dosis diaria de 100 mg de doxiciclina mejoraba sintomáticamente 14 de 16 pacientes. Estos mismos autores compararon posteriormente la doxiciclina con la tetraciclina, y a pesar de que la puntuación sintomática mejoró significativamente con ambos fármacos, el alivio fue mayor y más rápido en el grupo de la tetraciclina. En cualquier caso, al cabo de tres meses no existían diferencias entre ambos grupos, registrándose mayores complicaciones gastrointestinales en el grupo de la tetraciclina (tres de ocho) que en el de la doxiciclina (dos de dieciséis).

Escrito por el Instituto de Oftalmología Avanzada (IOA)
Esther López Artero
Dpto. Optometría clínica.